Desde las prácticas Otoya y su equipo se concentrarían en buscar la puesta a punto del auto para poder pelearla en este circuito muy exigente en suspensiones y frenos, donde para lograr un buen tiempo hay que tomar las curvas subiéndose y golpeando mucho los pianitos (o lavaderos como les llaman allá), lo cual genera dos problemas, uno que el auto se desacomode con facilidad o se pueda hasta volcar al salir de las curvas, y segundo, que se dañe la suspensión o pierda el alineamiento.

Una de la tarde y en medio de un calor intenso los 17 Chevis en pista largarían aumentando aún más la temperatura. Al cabo de una hora de carrera, con todos muy parejos en los tiempos y pocos incidentes, Otoya lograría el tercer lugar de la Chevi Xtreme y con esto su primer podio del año, categoría donde Arturo Ponce y Gerardo Saenz ocuparían el 1-2 respectivamente.

“Ya era hora… ahora el auto es otra cosa…levantaba revoluciones muy rápido, así que lástima que la recta principal fuera recortada por cuestiones de seguridad con una chicana la cual sería precisamente la sección mas difícil, pues se llegaba en cuarta para bajar a segunda, sólo pasaba un auto y muy justo, los frenos a mitad de carrera en esa sección empezaban a fallar y si uno tocaba alguna de las 3 paredes de la chicana se ganaba con un stop and go en pits. Nunca había corrido la versión de circuito largo pero inversa que se optó para esta ocasión, ha sido una buena carrera y estoy contento por lo realizado”. Palabras de un satisfecho Otoya (a la izquierda en la foto) que espera este sea el inicio de su reencuentro con los podios.